El intento por rediseñar los mapas electorales a un año de las elecciones intermedias ha creado un espejo perfecto en los tiempos polarizados de Estados Unidos. Primero fue Texas, el gran bastión republicano del país, quien anunció el cambio para poder darle a Donald Trump más congresistas en el Capitolio. Luego, el Gobierno de California, el más poderoso territorio demócrata, amenazó con adoptar la misma medida para balancear las cosas en la Cámara de Representantes de Washington. Sin embargo, este martes, los políticos republicanos de California han presentado una demanda ante el Tribunal Supremo local para frenar el rediseño electoral. Sus argumentos son prácticamente los mismos que los demócratas están utilizando en Texas.
Cuatro políticos republicanos de California anunciaron esta mañana que ha presentado, con la ayuda de un bufete de abogados, una demanda de emergencia ante la corte. Esta asegura que el Poder Legislativo local, controlado en dos terceras partes por los demócratas, está violando la Constitución estatal con el proceso que se lleva para rediseñar los distritos electorales.
Los legisladores progresistas iniciaron el lunes los procedimientos para redibujar los mapas electorales, una acción que pretende neutralizar en paralelo lo que el presidente Trump y los republicanos de Texas están haciendo al otro lado del país.
Los obstáculos que los demócratas de California enfrentan son mayores. Los congresistas locales tienen tres días para debatir y aprobar tres leyes que modifican los distritos electorales. Estos, no obstante, tendrán que ser sometidos a un referéndum popular que tendría que celebrarse el 4 de noviembre en una elección especial.
Los republicanos han mostrado preocupación porque estos esfuerzos liderados por el gobernador Gavin Newsom, una de las principales voces anti Trump, minen los trabajos de una comisión independiente encargada de los diseños de los distritos electorales. El Estado, el más poblado del país, lleva casi 20 años trabajando con este organismo para evitar que los políticos de los dos grandes partidos sean quienes elijan a sus votantes.
La demanda presentada por los cuatro congresistas republicanos asegura que su contraparte está violando el proceso legislativo, pues las normas estatales exigen un periodo de 30 días para revisar las iniciativas. Esto quiere decir que los nuevos mapas no podrían votarse antes del 18 de septiembre. Sin embargo, si el Congreso local esperase hasta esa fecha, el referéndum popular no podría llevarse a cabo por los tiempos marcados por la ley.
“En lugar de un proceso participativo y transparente que tome un mes a la comisión independiente, al público se le presentará una opción de Sí o NO a mapas electorales que fueron diseñados en secreto por el Legislativo”, asegura la demanda escrita por el bufete Dhillon Law Group.
Los legisladores demócratas texanos volvieron este lunes a Austin, la capital del Estado, tras dos semanas en fuga. Los congresistas habían abandonado el Estado para romper el cuórum y así frenar la aprobación de los mapas electorales. Con su regreso, la Legislatura local ha reanudado sus actividades y en lo más alto de las prioridades de los republicanos se encuentra la aprobación de los nuevos distritos. Gen Wu, el líder de la minoría demócrata, anunció que están listos para emprender acciones legales contra la maniobra conservadora una vez sea aprobada. En California, la oposición le seguirá los pasos.
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