El impacto económico de la campaña de deportaciones masivas del presidente Donald Trump en la fuerza laboral de California es comparable al inicio de la Gran Recesión, según un nuevo estudio del Centro Comunitario y Laboral de UC Merced.
El estudio analizó datos de la Oficina del Censo de EE. UU. y de la Oficina de Estadísticas Laborales para medir la participación laboral en el sector privado.
Durante la semana del 8 al 14 de junio, cuando agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizaron redadas masivas en Los Ángeles y otras zonas del estado, California vio una caída del 3.1% en su tasa de participación laboral, mientras que en el resto del país esta tasa aumentó un 0.5%, según el reporte.
Para comparar, el estudio señala que la fuerza laboral de California disminuyó un 3% entre diciembre de 2007 y enero de 2008, el primer mes de la Gran Recesión.
Los datos sugieren que la política migratoria agresiva de la administración Trump —donde los agentes federales persiguen a todos los trabajadores indocumentados, no solo a quienes tienen antecedentes penales graves— afecta a toda la fuerza laboral.
Al observar los números crudos, más ciudadanos estadounidenses (271,541) faltaron al trabajo durante esa semana de junio que personas no ciudadanas (193,428), según el estudio.
Pero como los ciudadanos representan un mayor porcentaje de la fuerza laboral, su tasa de participación bajó un 2.2%, mientras que la de los no ciudadanos cayó un 7.2%, indica el informe.
“Este estudio demuestra que los trabajadores no ciudadanos no viven ni trabajan en un vacío, desconectados del resto de la sociedad”, dijo Flores.“Y tampoco quiere decir que si las personas migrantes pierden su trabajo, automáticamente los ciudadanos lo ganan.”
Flores explicó que, debido a la naturaleza interconectada de la economía global, sectores enteros se ven afectados cuando hay menos trabajadores migrantes. Por ejemplo, si hay menos personas trabajando en el campo, se cosechan menos alimentos. Si no se cosechan, no se transportan, ni se almacenan, ni se venden. Eso afecta al transporte, a los almacenes y al comercio, dijo.
Este efecto dominó también puede ocurrir en otras industrias que dependen de mano de obra migrante, como el cuidado infantil.
Si una guardería no puede abrir porque no llegaron sus trabajadoras, madres y padres que dependen de ese servicio pueden verse obligados a faltar al trabajo.
Además, si las personas migrantes no están trabajando, tampoco están ganando ni gastando dinero, lo que también puede afectar los ingresos fiscales del estado, explicó Flores.
Según un informe de 2024 del California Budget & Policy Center, las personas indocumentadas pagan aproximadamente 8.5 mil millones de dólares en impuestos estatales y locales, principalmente a través de impuestos sobre ventas y propiedad.
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