Operarios trabajaron incansablemente el lunes para limpiar el barro que cubría carreteras, edificios y residencias de mayores en una extensa área del suroeste de Estados Unidos. Esto se produce luego de que la tormenta tropical Hilary, la primera en azotar el sur de California en 84 años, avanzara hacia el norte, desencadenando advertencias y alertas por inundaciones en varios estados.
A pesar de que Hilary había perdido gran parte de su fuerza al llegar a las Montañas Rocosas, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) advirtió sobre la posibilidad de “inundaciones potencialmente fatales y localmente catastróficas” en algunas regiones.
Uno de los incidentes más dramáticos ocurrió en Cathedral City, cerca de Palm Springs, donde los equipos de rescate utilizaron una topadora para llegar a una residencia de mayores inundada y salvar a 14 personas. Las inundaciones y el lodo alcanzaron alturas de hasta 1,5 metros (5 pies) en algunas áreas, lo que resultó en un total de 46 rescates en la ciudad.
Hilary es el último fenómeno climático que ha causado estragos en América del Norte, sumándose a los incendios forestales en Hawái y Canadá.
La elevada temperatura del agua y del aire contribuyó al rápido crecimiento de la tormenta, que arrojó lluvias equivalentes a 10 meses en solo un día en algunas áreas áridas. Si bien las lluvias han ayudado a reducir el riesgo de incendios forestales en algunas zonas del sur de California, se espera que no haya precipitaciones generalizadas en áreas más propensas al fuego.
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