Mientras la ola migratoria continúa afectando a diversas partes de Estados Unidos, Los Ángeles, la segunda ciudad más grande del país, ha enfrentado el flujo de migrantes provenientes de Texas de manera relativamente tranquila.
A diferencia de otras ciudades, Los Ángeles no ha experimentado una crisis migratoria que sobrecargue los refugios y requiera ayuda federal.
La razón detrás de esto radica en que California ya no atrae tantos migrantes como en décadas pasadas debido a su alto costo de vida y a la disponibilidad de oportunidades laborales en otros lugares del país.
Aquellos que llegan a Los Ángeles suelen tener una red de apoyo establecida, ya que la mayoría se queda con familiares que los ayudan a encontrar empleo, vivienda y escuelas para sus hijos.
Mientras la ciudad sigue recibiendo migrantes, en su mayoría centroamericanos y mexicanos, la situación se ha manejado de manera más suave en comparación con otras áreas afectadas por la crisis migratoria.
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