Los soldados de la Guardia Nacional de California desplegados en el complejo federal de Inmigración de Los Ángeles por orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se retiraron este lunes del recinto, una vez vencido el plazo fijado por un juez federal para poner fin al operativo.
Durante la jornada, no se observaron tropas custodiando el complejo, que alberga una cárcel de inmigración en el centro de la ciudad, según constató la agencia EFE. La retirada se produce tras la decisión del juez federal, Charles Breyer, quien ordenó la semana pasada el cese del despliegue militar y la devolución del mando de los soldados federalizados al gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom.
Breyer dictaminó que el despliegue de la Guardia Nacional, destinado supuestamente a contener las manifestaciones contra las redadas migratorias registradas en junio, fue ilegal. En su fallo, concedió al Gobierno federal un plazo que expiraba este lunes para retirar a las tropas del lugar.
Aunque Trump ya había devuelto el control de la mayoría de los efectivos a las autoridades estatales, unos 300 soldados permanecían aún bajo mando federal, varios de ellos apostados en el complejo federal de inmigración. Imágenes difundidas en la madrugada del domingo y citadas por Los Angeles Times mostraron un gran camión táctico y varias furgonetas abandonando el edificio, aparentemente con los militares a bordo.
La retirada supone una victoria judicial para el estado de California, que había demandado a la Administración Trump por el despliegue, en junio pasado, de más de 4.000 efectivos de la Guardia Nacional sin el consentimiento del gobernador, una medida que no se producía en Estados Unidos desde hacía seis décadas.
En paralelo, el Pentágono había intentado emplear a los soldados californianos en Portland (Oregón), una iniciativa que fue bloqueada por una jueza federal de ese estado.




