Egipto recibe líderes internacionales para la cumbre en la que se firmará el plan de paz para Gaza

Dos años después del inicio del cautiverio de los rehenes israelíes y de una masacre que se ha cobrado más de 67.800 vidas palestinas, la paz en Gaza parece inminente. Para firmarla, más de 20 líderes internaciones se reúnen este lunes en Egipto, en una cumbre encabezada por el presidente estadounidense, Donald Trump, y su anfitrión, Abdel Fattah el-Sisi. Sin embargo, los actores protagonistas de la firma, Israel y Hamás, no estarán presentes en las orillas del Mar Rojo.

El presidente de Estados Unidos vuela este lunes rumbo a Israel. Allí será recibido como un héroe, pronunciará un discurso ante la Knéset, el Parlamento hebreo, y se reunirá con las familias de los rehenes. Su puesta en libertad, junto a la de 2.000 palestinos encarcelados, es uno de los puntos de la primera fase de un acuerdo que Trump ha tildado de “histórico”. Durante su viaje, en declaraciones a los periodistas que le acompañaban, ha ido más allá y ha asegurado que “la guerra entre Israel y Hamás ha terminado“.

Israel es la primera parada de su viaje por Oriente Próximo. Luego se dirigirá al sur de Egipto, a la ciudad-balneario de Sharm el-Sheikh, donde va a participar en la firma del acuerdo para la Paz en Gaza. Las banderas de Egipto y Estados Unidos ya ondean en la localidad porque su Plaza de la Paz será testigo del escrito que podría poner fin al sufrimiento de la población gazatí.

Acudirán más de una veintena de líderes como el rey de Jordania, el presidente de Francia, España, del Consejo Europeo, el primer ministro británico y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás. Se debatirá sobre los mecanismos de reconstrucción del enclave palestino, el papel de los países árabes en la fase de transición y la creación de un fondo internacional de desarrollo para la Franja.

Todo ello sucede tres días después del inicio del alto el fuego y de la retirada de las tropas israelíes de las principales ciudades gazatíes. Coincide, además, en una jornada en la que se espera que los primeros rehenes comiencen a ser liberados.

Ante una victoria anticipada, la diplomacia se reúne para celebrar un éxito que aún no está garantizado. Hay mucho que podría salir mal. Quedan por acordar los pasos siguientes del plan de 20 puntos de Trump que incluyen cómo se gobernará Gaza y el destino final de Hamás, que ya ha rechazado las exigencias de un desarme total. En Israel, la retirada de sus tropas de territorio palestino también ha generado intensos debates.

El alto el fuego en Gaza se mantiene

Egipto, que ha sido uno de los principales mediadores durante todo el conflicto, ha puntualizado que la cita “pretende poner fin a la guerra en la Franja de Gaza, intensificar los esfuerzos por la paz y abrir una nueva etapa de seguridad y estabilidad en Oriente Medio”. Las palabras van en sintonía con las del estadounidense, que insiste en “lograr una paz duradera en la región”. El magnate quiere apostar por una tregua que le sirva de paso para restablecer las tensa relaciones entre Israel y sus vecinos árabes.

Por ahora, se cumple la parte del acuerdo que acelera la entrada de ayuda humanitaria a la Franja. Una caravana, que lleva meses paralizada en la frontera, cruzará hacia Gaza por cuarto día consecutivo los pasos fronterizos habilitados, siempre bajo previa inspección de Israel. Serán unos 400 camiones. Antes del 7 de octubre entraban a Gaza unos 500 vehículos diarios que las organizaciones internacionales ya consideraban insuficientes.

La población palestina vive estos días con angustia e incertidumbre porque ha sido Israel quien ha roto unilateralmente las treguas anteriores. Aun así, sin la amenaza de las bombas y con la esperanza de que el alto el fuego ponga fin a la guerra, medio millón de desplazados intenta regresar a sus hogares. La mayoría solo encuentra escombros de los que ya casi nada se puede salvar. Entre la devastación, algunos consiguen recuperar los cadáveres de sus seres queridos. Las autoridades gazatíes estiman que unos 10.00 cuerpos estarían sepultados bajo las ruinas.

En Tel Aviv, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se ha atribuido la victoria de una contienda que no da por terminada, a la vez que ha insistido en la existencia de nuevos desafíos en materia de seguridad. De momento, su ministro de Defensa ha dado instrucciones al Ejército para destruir la red de túneles de Hamás, donde muchos rehenes han permanecido en cautiverio durante dos años.

Aun así, la Administración Trump confía en que la cita de Sharm el Sheij marque “el inicio de una nueva era de paz regional” y siente las bases para un proceso más amplio de reconciliación entre Israel y el mundo árabe.

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