El comunicador Carlos Loret de Mola se convirtió en el centro de la polémica, luego de que circulara un video en redes sociales donde aparece hincado detrás de una barda de concreto durante una protesta en Los Ángeles, mientras es confrontado por un manifestante que lo acusa de oportunismo.
El video comenzó a circular en redes sociales rápidamente generó miles de reacciones. En las imágenes, se ve a Loret agachado detrás de una estructura de concreto, aparentemente intentando protegerse de los disturbios registrados en una zona de Los Ángeles. En ese momento, un hombre se acerca y lo cuestiona de forma directa.
“¿Es la misma zona de guerra en la que estabas la otra vez, oportunista? ¡No mam3s, nadie te quiere c@brón! ¿Cómo se siente ser traicionero?”, le grita el sujeto, mientras lo graba con su celular. Loret permanece en silencio, sin responder mientras se retira de esa zona.
En los comentarios, muchos se burlaron del periodista, afirmando que nuevamente se encontraba “montando una escena”, como lo acusan desde hace años. Otros lo defendieron, argumentando que estaba en una zona de alto riesgo y que su postura respondía a la necesidad de resguardarse.
El incidente ha revivido viejas críticas hacia Loret de Mola, quien ha sido señalado en múltiples ocasiones por “dramatizar” o incluso manipular escenas en sus coberturas, particularmente en contextos de conflicto social o represión. Sus detractores lo acusan de fabricar escenarios para aumentar el impacto emocional de sus reportajes.
En las redes de Latinus se puede ver un video del propio Loret desde la misma ubicación. En él, narra lo que —según su testimonio— ocurrió durante la protesta, afirmando que fue víctima de ataques con gases lacrimógenos y que incluso algunas esquirlas lo alcanzaron a pesar de estar “protegido”.
Algunos usuarios compararon el video viral con reportajes anteriores en los que Loret ha sido acusado de dramatizar su entorno. “Siempre es el mismo guión: él con cara de sufrimiento, y una narrativa exagerada”, escribió un usuario en X.
Lo que es innegable es que el video reavivó el debate sobre los límites del periodismo narrativo y la delgada línea entre documentar y exagerar.
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