La tormenta tropical Hilary causo lluvias récord en partes de California, con más de 150 litros por metro cuadrado en algunas áreas, casi la mitad de la lluvia anual promedio de Los Ángeles.
Esta región ya afectada por la sequía se encontraba con suelo tan seco que no pudo absorber la lluvia, lo que resultó en inundaciones peligrosas y riesgos de deslizamientos de tierra.
La situación también afectó a estados circundantes como Utah, Nevada y Arizona, lo que resalta la importancia de las precauciones en casos de eventos climáticos extremos.
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