Jovanna Dibanhi Aguilar Pérez, una búsqueda que ha quedado eclipsada por el caso Debanhi

Nota morada: En México se culpará a todas antes que al verdadero responsable

“Usted tiene bien poquito” buscando a su hija: dice MP de Coahuila a madre de joven desaparecida

 

Estas son sólo algunas de las frases que familiares de mujeres desaparecidas han recibido por parte de las autoridades responsables de la seguridad de la ciudadanía… Uno de los muchos casos (por mencionar algunos) el Caso Castillo en el cual se le sugirió a José Luis Castillo dejar de buscar a su hija Esmeralda Castillo, mientras las autoridades le daban un “huesito” presuntamente parte del cadáver de su hija.

 

“Señora, pues si hay señoras que tienen años buscando a sus hijos e hijas. Y usted tiene bien poquito”, le dijo un ministerio público de la fiscalía de Coahuila a María Guadalupe Pérez, madre de Jovanna Dibanhi Aguilar Pérez desaparecida hace 10 meses en Torreón.

 

Marisela Escobedo, en compañía de sus hijos se infiltró entre cárteles para poder dar con el culpable del asesinato de su hija Rubí Fraire, que aún entregando al responsable y un conjunto de pruebas no se le declaró culpable.

 

La señora María Guadalupe sintió como si le dijeran “fórmese en la fila” de los más de tres mil desaparecidos que hay en Coahuila. Por eso pidió celeridad a las investigaciones y una búsqueda eficiente de las autoridades.

Su hija desapareció el 25 de junio de 2021 y es madre de una niña que hoy tiene cuatro años. Jovanna Dibanhi desapareció a la edad de 23 años y la última vez que la vieron fue en la colonia Latinaomericano de Torreón.

 

A lo largo de los años se ha repetido, lamentablemente,  el patrón en el que las autoridades “apoyan” las búsquedas; En la Ciudad de Guaymas, Sonora, incluso el gobierno mismo proporcionó PALAS para que las familias buscaran los restos de sus familiares desaparecidas: “Las autoridades del municipio de Guaymas, en el estado mexicano de Sonora, en el noroeste del país, regalaron palas, cubetas y otros enseres a mujeres que buscan a sus familiares desaparecidos en un acto oficial que ha desatado duras reacciones tras viralizarse.”

 

La señora María Guadalupe contó que duró varios meses siendo ignorada por los funcionarios de la fiscalía. “A qué viene”, “estamos trabajando”, “nos quita tiempo”, fue lo que le decían los funcionarios.

Fue su exesposo, padre de Jovanna Dibhani, que ingresó la denuncia días después de la desaparición. Pero la madre cuenta que su expareja es un hombre de 74 años, al que, según dijo, lo vieron viejito y sin dinero.

La madre contó que fue hasta tres meses después de la desaparición que las autoridades hicieron un operativo e investigaciones periciales en la casa donde vivía su hija. A la pareja, dijo, no la investigaron y hasta ahora no se sabe nada de él.

 

No le permiten ver archivos de mujeres localizadas muertas.

La buscadora también refirió que en los últimos meses no le han permitido ver a las mujeres que han encontrado muertas y teme que haya errores. “No es su hija señora, no cumple con las características”, le dicen cada que acuden.

También la han amenazado, presionado e intimidado. El personal en la fiscalía le dice que no ande investigando por su cuenta, que no se acerque a cuestionar a las personas, y que tenga cuidado en hablar con medios de comunicación.

La madre criticó que es fecha que todavía la fiscalía no tiene los perfiles genéticos. Contó que antes iba semana tras semana pero le negaban toda información. Hasta que el Centro de Derechos Humanos Fray Juan de Larios comenzó a asesorarla, a decirle que tiene derechos. Así logró que le entregaran información del expediente y encontró errores tan básicos como de direcciones.

 

Aquí los datos alarmantes son las repeticiones, en las cuales las autoridades se niegan a destinar recursos para búsquedas, negar la información correspondiente a los avances de investigación en caso de que se haya logrado obtener el “lujo” de una.

El hecho de que se nieguen los datos de las víctimas ya localizadas para que los familiares logren identificar o descartar el hecho de que “no es ella”.

La postura de los servidores públicos sin importar el rango, los comentarios despectivos y minimizantes ante la situación.

Sin contar los comentarios peyorativos desencadenados tras la desaparición de alguna chica. “Al rato aparece, ha de andar con el novio”, “ha de andar con las amigas”, “de seguro apagó el teléfono”, “¿pues con quién se juntaba?”, “ha de andar de parranda”, “no era niña bien”, y un sin fin de frases patrocinadas por la misogínia latente del país.

Frases que deberían ir más enfocadas en “¿quién lo hizo?”, “¿por qué a ella?”, “¿qué tan mal hay que estar de la cabeza para tener un corazón tan frío y poder matar a alguien?”

Pero lamentablemente la culpa siempre será de la víctima y las mujeres a su alrededor…

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